Sacando a Ríos y a del Potro, quienes lograron los títulos en los años 1998 y 2018, la producción latina por California no fue con creces.

Todo tenista cuando planea su calendario e intenta progresar en el ranking, busca conseguir los mejores resultados posibles en los Grand Slams y en los Masters 1000, porque a pesar de ser los eventos donde hay mayor premio económico y de puntaje, también es el mejor lugar que tienen para mostrarse al mundo ATP y dar los batacazos importantes de sus carreras.

Para los latinos, esos eventos casi siempre se basaron en la temporada europea de polvo de ladrillo, donde hacía la base necesaria y grande de buenos resultados y donde conseguían los mejores rendimientos de sus carreras, para luego progresar en el ranking y en el mundo del tenis.

Sin embargo, durante las últimas temporadas, y teniendo en cuenta que el año ATP se juega en un 75% sobre superficies rápidas a lo largo del año, esa meta que se planeaban los latinos a partir de abril y mayo la traspolaron a los dos primeros Masters 1000 de la temporada, en Indian Wells y Miami y, quizás por un tema de cercanía con el idioma y con el asunto de que en la costa de La Florida los latinos parecen jugar como en casa, allí es donde siempre consiguieron mejores rresultados que en el desierto californiano de Indian Wells.

Es por ello que, tras repasar el andar de los sudamericanos en las ediciones anteriores del primer Masters 1000 del año, no se ve grandes resultados por parte de los tenistas nacidos en América del Sur. Basta con observar que los únicos dos tenistas que lograron alzar el trofeo en este certamen y que nacieron en estas tierras fueron Marcelo Ríos y Juan Martín del Potro.

El Chino y Delpo consiguieron sus respectivos títulos con veinte años de diferencia el uno del otro y cabe el análisis de por qué los latinos suelen brillar en otras canchas duras y no tanto en las de Indian Wells. Por cierto, si uno profundiza más los datos, solo se contabilizan tres finales desde la creación del torneo por parte de los latinos: la primera en 1977, por parte del argentino Guillermo Vilas; la segunda, en 2003, de la mano del brasileño Gustavo Kuerten y la última, uno que luego fue campeón, del Potro, quien cayó en la definición del 2013 ante Rafael Nadal.

Sacando estos resultados de lado, algunas semifinales aisladas por parte de Nicolás Lapentti, el mismo Kuerten, también del Potro y el argentino Guillermo Cañas son las otras figuritas que resaltan el andar de los tenistas sudamericanos por estas tierras que, hasta finales de los noventa, estuvieron bajo dominio estadounidense en su gran mayoría y que luego, ese dominio se trasladó a Europa, con Roger Federer, Novak Djokovic y Rafael Nadal, quienes ganaron trece de las últimas quince ediciones del certamen.

El título de La Torre de Tandil el último año quizás mute esa tendencia definitivamente, aún no se sabe. Lo único concreto, por ahora, es que el terreno californiano no es el mejor para los tenistas de estas tierras.