Schwartzman cayó en la segunda ronda de Acapulco ante Norrie y se terminaron las esperanzas de lograr su mejor actuación en el Abierto Mexicano de Tenis. Ahora, la mente del argentino estará puesta en los dos Masters 1000 que se vienen en Estados Unidos.

El tenis tiene cosas injustas. Al ser un deporte donde no hay límite de tiempo, los resultados se dirimen a través de puntos y situaciones específicas y espaciales. Y algo así sufrió anoche Diego Schwartzman en su duelo de la segunda ronda de Acapulco ante Cameron Norrie.

El Peque perdió en tres apretados sets y se despidió del Abierto Mexicano de Tenis, pero lo increíble estadísticamente es que consiguió la misma cantidad de puntos que su rival y, más allá de esta cuestión a su favor, el encuentro terminó siendo trunco para su lado.

Los números finales del 7-6 (5), 4-6 y 6-3 en favor de Norrie marcaron que Schwartzman contabilizó un total de 104 puntos ganados, misma cantidad que su oponente. Sin embargo, la igualdad en puntos surgió de distintas circunstancias: Norrie consiguió esos puntos en momentos claves, como por ejemplo en el tie-break del primer parcial para hacerse con el mismo por 7-5 y en el principio de la manga definitiva, para adjudicarse el quiebre necesario y adelantarse en el score para nunca más soltar esa posición y cerrar el asunto por 6-3.

Con esta derrota, el Peque no pudo plasmar el buen andar que había tenido en el choque en el resultado final y avanzar a la siguiente fase del Abierto Mexicano de Tenis, torneo en el que nunca pudo superar la segunda ronda en ninguna de sus tres presentaciones.

Ahora, la cabeza de Diego se enfocará en los dos Masters 1000 que se vienen en los Estados Unidos: Indian Wells y Miami. En ambas competencias el Peque tiene la chance de sumar buenos puntos para el ranking, teniendo en cuenta que su performance del año anterior no fue muy productiva en cuanto a puntos obtenidos y tiene una gran chance de escalar algunas posiciones en el ranking si mejora ese rendimiento.