El español tuvo dos semanas increíbles en el Abierto de Australia. Tras cuatro meses sin competir, cosechó seis triunfos en fila para llegar a la final y caer ante Djokovic. El repaso desde Más Tenis.

El Abierto de Australia siempre marca un gran parámetro para ver cómo llegan los tenistas y de qué manera se comienza a armar sus propias temporadas. Y la producción de Rafael Nadal en Melbourne resultó como el resurgir de las grandes bestias en los momentos más difíciles de sus historias, no sólo por haber cosechado la final, sino también por la forma en que consiguió esas seis victorias para alcanzar el encuentro decisivo.

El sendero de Rafa en Melbourne fue de menor a mayor. Sus primeras rondas, ante rivales de menor calibre, como los australianos James Duckwoth y Matthew Ebden. Sin embargo, en el tercer choque, ante el favorito local, Alex de Minaur, el tenista de Palma de Mallorca dio una verdadera lección de tenis, demostrando que había llegado a Australia para hacer cosas grandes.

No obstante, el español no iba a detener su marcha allí. En octavos de final, Nadal iba a jugar tres sets de maravilla ante una de las revelaciones del certamen hasta ese momento, el checo Tomas Berdych. El rubio alto provenía de una lesión y había conseguido alcanzar la final en Doha e hilvanado grandes victorias en tierras oceánicas, como las de segunda y tercera ronda ante Robin Haase y Diego Schwartzman, respectivamente. Al ex número uno del mundo nada le importó semejante marca del checo y lo atendió por 6-0, 6-1 y 7-6 en un ratito.

Lo de Nadal post está victoria ya resonaba en los pasillos de Melbourne. La autoridad con la que destrozó a Berdych era cosa sería y ante Frances Tiafoe en cuartos de final siguió en esa línea: paliza al estadounidense y pase a las semifinales. Allí, para no perder la racha y continuar con su andar demoledor, Stefanos Tsitsipas fue la víctima en sets corridos.

Nadal, quien no jugaba desde el último US Open, es decir, cuatro meses atrás, se hallaba en la final del primer Major del año. Como el resurgir del Ave Fénix, Rafa aparecía en una definición nuevamente de Grand Slam. Y por más que la historia con Novak Djokovic no terminó en éxito, Rafa demostró que está de nuevo en la élite, más allá de su ausentismo por varios meses en el circuito. Señoras y señores, la bestia de Manacor está de vuelta.