La japonesa venció a Kvitova en tres ajustados sets y se coronó campeona del Abierto de Australia por primera vez en su carrera. Es su segundo Grand Slam consecutivo y, con el título, será la nueva número uno del mundo.

Naomi Osaka irrumpió con fuerza y mucho ruido en el mundo de la WTA el pasado septiembre cuando venció en un controversial encuentro a Serena Williams y se coronó campeona del Abierto de los Estados Unidos. No obstante, la asiática no se quedó conforme con solo aquella conquista y viajó a Australia, ya en este 2019, con el objetivo claro de lograr el certamen. Y vaya si lo logró. Este sábado, en la final femenina del primer Major de la temporada, venció a Petra Kvitova por 7-6 (2), 5-7 y 6-4, en dos horas y veintisiete minutos de juego.

Osaka, quien arribó a esta definición tras vencer a la compatriota de Kvitova, Karolina Pliskova, comenzó pegando primero en el match de definición en el cuadro de mujeres. Tras un reñido primer set, la japonesa fue más fuerte que la checa en el desempate y pudo marcar la ventaja clara de 7-2 para adueñarse de ese primer parcial y sellarlo 7-6 a su favor.

En el segundo, Kvitova sacó el ímpetu adelante, levantó tres puntos para partido en su contra en el noveno juego, quebró a su rival en el décimo y el doceavo game y se adueñó de un parcial plagado de emociones para los aficionados del tenis, quienes creían que show terminaría con Osaka campeona en ese instante tras las tres oportunidades que tuvo de cerrar el encuentro con el saque de su rival. La checa se llevó esa manga por 7-5 y forzó la decisión hacia el tercero y definitivo set, donde se dirimió la campeona.

Osaka golpeó primero una vez más, pero en esta ocasión, no dejó pasar la chance. En el tercer juego del parcial, la asiática se quedó con servicio de Kvitova, quien, por más esfuerzos e intentos por mantenerse en el encuentro haya realizado durante el tiempo de juego, no pudo soportar la solvencia de su oponente. Así, en el décimo game, con el 5-4 en el marcador a su favor, Osaka sacó para llevarse el match, cuestión que confirmó en su segundo match point a favor con su servicio: 7-6 (2), 5-7 y 6-4 y reina de Melbourne.

De esta manera, la japonesa se coronó por segunda vez consecutiva en un Grand Slam, teniendo en cuenta que en septiembre había vencido a Williams en la definición del US Open. Además, representa, también, su segundo trofeo de Majors con tan solo veintiún años, con toda una fructífera carrera por delante. Y, por si fuese poco, a partir del lunes, será la nueva número uno del mundo en el ranking de la WTA. ¡Salud campeona!

El partido que consagró a Osaka campeona en imágenes: