Alexander Dolgopolov irrumpió en el Tour cerca de los primeros años de la década del 2010 y su gran explosión se dio cuando, poco a poco, con su gran dominio de efectos, logró que rivales de la tallade Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic, entre otros, comiencen a tener problemas al enfrentarlo debido a la manera poco lógica que el ucraniano tenía para lo que es el tenis moderno y su gran secreto estaba en el uso del slice.
El slice es un efecto perfecto para las superficies, sobre todo para la de césped, donde el pique se hace rápido y bien bajo, obligando al contrario a flexionar de sobremanera sus piernas e ir bien abajo para buscar una pelota casi indomable. Y Dolgopolov hizo de él un golpe único, sobre todo porque lo aplicó no solo de revés, como la gran mayoría, sino también de drive, algo inusual en el tenis moderno y que quizás se aplique en otros deportes de raquetas o paletas, como sucede a menudo en el paddle.
Lo cierto es que el slice de Dolgo era único en su especie, y con él pudo alcanzar logros increíbles dentro del tenis, llegando a ser trece del mundo en el 2012, campeón de tres eventos a nivel ATP y llevarse dos victorias ante Nadal y complicar varias veces a Djokovic, teniéndolo contra las cuerdas en algunos cruces, algo que pocos tenistas pudieron en toda su carrera.
Dolgopolov y su slice, marca registrada de la segunda década del Tour de la ATP y es por ello que desde Más Tenis lo recordamos como uno de los tenistas más exquisitos de estos últimos tiempos.
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