Luego de estar set abajo y quiebre abajo en el segundo, Schwartzman cambió el chip, encontró su juego y superó con éxito el debut en el Córdoba Open, donde es el favorito del público local.

El encuentro se veía un trámite en los papeles, pero a medida que pasaba el juego dentro de la cancha, el panorama era cada vez más desalentador. Sin embargo, Diego Schwartzman siempre tiene un as bajo la manga y, cuando las papas queman, ahí es donde sale su mejor versión y en su máximo esplendor. Y vaya si se lo hizo notar a Alessandro Giannessi, a quien derrotó por 6-7 (4), 6-3 y 6-0 para acceder a los cuartos de final del Córdoba Open.

La historia no había comenzado nada fácil para el Peque. Giannessi, sin nada que perder y encontrando un tenis de alto vuelo durante toda la semana, en la cuál ingresó al torneo tras superar la clasificación y había sorteado con mucha valentía y coraje su debut, salió a jugarle sin el más mínimo respeto al favorito del público local. Tal es así que se llevó el primer set y se adelantó por 3-2 y servicio en el segundo parcial.

Hasta allí, el panorama no pintaba para nada alentador para Schwartzman, quien veía como se esfumaban sus probabilidades en un ATP armado a su medida, con la gente a su favor y teniendo noción ya que los máximos candidatos al título habían sido derrotados más temprano en el día.

Fue en esos momentos donde todo cambió para bien para Diego. Desde ese juego, hasta el final de las acciones, el italiano no le encontró más la vuelta a las pinceladas y las fantasías del Peque, quien hilvanó diez games en forma consecutiva, cerró el segundo set por 6-3 y sentenció el asunto con un contundente y lapidario 6-0 en la manga definitiva.

De esta forma, Schwartzman, número tres de los sembrados del certamen, accedió a los cuartos de final del Córdoba Open, instancia en la que ya se hayan otros tres argentinos, pero por el otro lado del cuadro: Federico Delbonis, Pedro Cachín y Juan Ignacio Londero.