Comienza un nuevo día, y con él las obligaciones, el tiempo que corre, las cosas que nos gustaría hacer, lo que no podemos porque las responsabilidades lo impiden. Pero con un nuevo día por delante, además de todo aquello que nos puede hacer sentir un poco peor, también llegan cosas buenas. Está claro que no todo en la vida es de color de rosa y que muchas veces tenemos más motivos para llorar que para reír. Sin embargo, hoy vamos a repasar una lista de maneras de empezar un nuevo día de la mejor manera posible.

El mañana empieza hoy: olo que es lo mismo, para empezar el día bien hay que acabarlo de la mejor manera posible. Tener unos hábitos de sueño son necesarios para no levantarnos de mal humor, sino descansados y contentos. Vete a la cama a una hora prudencial y aleja tu teléfono de ti. Unas páginas de un buen libro, una conversación en pareja o unos minutos de calma serán necesarios antes de dormir para un sueño reparador por la noche.

No pares el despertador: eso solamente te hará sentirte peor y hará que tengas menos tiempo para irte al día siguiente y con una sensación de agobio mayor. Levántate a la primera y si tienes tiempo, relaja tus músculos y estírate: empieza un nuevo día.

Agradecimiento: seguro que hay muchas cosas que mejorarías en tu vida, pero fijo también que hay otras por las que te sientes verdaderamente bien y agradecida en la vida. Piensa en ellas. La salud, la familia, la pareja, el trabajo, que haga sol, tener unos ahorrillos, amigas al lado. Seguro que alguno de estos conceptos te acompañan y puedes dar las gracias por ellos.

Expectativas reales: no estamos en un videoclip de una película: esto es la vida real. No te pongas súper metas, conquista poco a poco tus pequeños territorios. Para empezar un buen día lo importante es la actitud.