La piel del contorno de los ojos es cuatro veces más fina que la del resto del rostro, por lo que necesita un mimo y un cuidado especial, sobre todo a partir de los 30 años. Aunque a veces sean los grandes olvidados, la mirada es un fiel reflejo de la edad, del cansancio, de la falta de sueño y del estrés.
Lo ideal es usar en la zona un producto que tenga los beneficios de un sérum. Que sea anti-ojeras y anti-bolsas, y que mantenga la hidratación de la zona durante horas. Lo ideal es utilizarlo por la mañana y noche, dando golpecitos alrededor de los ojos para permitir que el sérum penetre sin aclarar.
En definitiva, una zona sobrecargada que se manifiesta en cinco signos o imperfecciones, que son las arrugas, pérdida de firmeza, falta de luminosidad, ojeras y bolsas.
Arrugas
Aparecen cuando la piel ya no resiste el ritmo de las contracciones musculares. Resultado: aparición de las famosas patas de gallo.
Pérdida de firmeza
Surge cuando las fibras de colágeno y elastina empiezan a escasear y se refleja especialmente en el párpado.
Falta de luminosidad
Se debe a lo fina que es la piel en esta parte del rostro. La falta de sueño, el estrés o incluso la contaminación son las principales causas de un contorno de ojos opaco y con falta de luminosidad.
Ojeras
Esas zonas oscuras que transmiten un aspecto de cansancio se deben a la pérdida de permeabilidad vascular y a una acumulación pigmentaria. Las ojeras, que pueden ser ocasionales o duraderas, se agravarán si se sufre falta de sueño, estrés, consumo de alcohol o de tabaco.
Bolsas
Acuosas o adiposas, se deben a una microcirculación linfática debilitada y al desplazamiento de la grasa orbitaria que se acumula bajo el ojo para formar bolsas visibles en la superficie.
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