Diez consejos que te ayudarán a mejorar el deseo sexual en cuarentena

Si bien con la prolongación de la cuarentena han bajado las expectativas por tener un “buen rendimiento sexual” ya que muchas parejas se convencieron de que la ansiedad y la convivencia 24 por 7 no eran buenas aliadas del sexo, la mirada ahora está puesta en la flexibilidad a futuro de las conductas sexuales.

¿Qué hacer para mejorar el deseo sexual?

1) La cuarentena puede ser la oportunidad para dejarnos llevar por el placer de las caricias, de los abrazos, los masajes, sin presiones para llegar a la genitalidad como objetivo. Si tenemos más tiempo para el sexo entonces aprendamos a desplegar un erotismo que haga foco en el contacto y no en la meta del coito.

2) Un tema frecuente es cuando el deseo sexual es la condición única del encuentro: “si no tengo deseo no me acerco, no tomo la iniciativa o rechazo el ofrecimiento del otro”, cuando en realidad debería ser “si me acerco el deseo puede activarse, sino será igual de placentero estar abrazados”. La sexualidad no es cumplir etapas para llegar al orgasmo, es disfrutar de una experiencia de placer, cada momento es de por sí excitante.

3) Recuperar los besos y desvestirse juntos ayuda a bajar las tensiones y a entregarnos al placer erótico. Antes de la cuarentena, estas prácticas tan efectivas, se perdían frente al apuro. Es hora de volver a ellas.

4) Preparar el ambiente con aromas agradables, música y luz tenue.

5) La masturbación siempre es una buena aliada, sobre todo cuando las personas están solas o para aquellas parejas que hace uso de ellas, sin las presiones del coito. Jugar a “espiar” al otro mientras se masturba en la ducha o la cama puede ser muy excitante ya que estimula el erotismo voyeur.

6) Petting: Esta práctica tan antigua, había quedado superada por la liberación sexual; sin embargo ahora vuelve con fuerza, sumándose a otras variantes. En realidad es el clásico “franeleo”, del portón, del zaguán, en el auto; en el cuarto cerrado, con el temor de que entraran los padres. El peeting es una manera actual de recuperar ese nivel de excitación sin el miedo a ser descubiertos. Consiste en abrazos, caricias que van subiendo en intensidad manteniendo la ropa y sintiendo el cuerpo a través de ella. También se puede tocar el cuerpo. Y se puede guiar la mano hacía zonas que despiertan placer. Hay gemidos, palabras excitantes. Después de este primer encuentro pueden desvestirse. La idea del petting es dejar de lado la penetración, que los cuerpos no sientan que deben prepararse el coito pero llegando a altos niveles de excitación y placer.

7) El método “Karezza” (deriva de carezza en italiano). Esta práctica consiste en evitar el coito y que las parejas busquen otras formas de conexión sin la presión que significa la genitalidad. A diferencia del petting, hay que disponer de más tiempo y lentitud para desarrollar el contacto. Los besos y el recorrido del cuerpo deben ser más lentos, sintiendo cada parte que se toca o se roza con la lengua. La respiración profunda y la relajación deben acompañar los movimientos. El cuerpo es el que habla y guía las acciones, sin apuros, sin palabras, solo la respiración, susurros, gemidos.

8) Tanto en el petting como en el método Karezza, o en cualquier situación erótica de intercambio, se acuerda alternar las acciones de dar y recibir, es decir: “turno, tu turno”. La masturbación puede ser la manera para llegar al orgasmo, aunque no es el objetivo de las prácticas.

9) Sexnology: si bien es una práctica muy difundida y usada, este término reúne dos partes. Por un lado el uso de juguetes sexuales (generalmente vibradores) y el cyber sexo. Hay una amplia variedad de estimuladores sexuales usados tanto por mujeres y hombres; solos o en pareja. El cyber sexo puede ser complementario de la práctica autoerótica con juguetes sexuales. Y ambos dos, de cada lado de la pantalla hace lo suyo con el juguete elegido.

10) Y como siempre, la comunicación. Si bien el encuentro sexual es una forma de lenguaje hablado, corporal, afectivo, disponer de un tiempo para contar cómo se sintió cada uno, le pone un broche de oro a la relación y predispone mejor a las siguientes. Sentir que todo termina luego del orgasmo y decir poco o nada, no es un buen cierre de experiencia. Hay que compartir lo que gustó, lo que no gustó, lo que podría estar mejor. Tener la libertad de decir favorece a la libertad de hacer.

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