¿Qué son los antioxidantes y cuál es su función?
Los antioxidantes son compuestos sintetizados por las plantas en sus diferentes partes: frutos, hojas, ramas, raíces, etc. Estos actúan preservando a los propios alimentos y también protegiendo la salud de la persona que los toma. Su función entonces es mantener la salud y reducir el estrés oxidativo, un problema que empeora con el paso de los años. De esta forma, el consumo de verduras y frutas es esencial para vivir con mayor calidad a pesar de la vejez; y reducir el riesgo de desarrollo de enfermedades no transmisibles como las cardiacas, el cáncer, los procesos neurodegenerativos o aquellas que afecten al sistema inmunológico.
Los antioxidantes más habituales en los alimentos
Los antioxidantes presentes en los alimentos puede dividirse en tres grandes grupos: polifenoles, carotenoides y vitaminas. Aunque en esta ocasión nos centraremos en las vitaminas, que explicamos con detalle a continuación, también conviene conocer un poco sobre los otros grupos.
Polifenoles: se pueden dividir en dos grupos, flavonoides y no flavonoides y están presentes en verduras, frutas, legumbres, cereales y algunas infusiones. Según la Fundación Española del Corazón, además de su actividad antioxidante, se ha demostrado que también tienen actividad antiinflamatoria, antibacteriana y antiagregaria plaquetaria; y potencian la acción del sistema inmunitario y facilitan la actividad de enzimas que contribuyen a una buena digestión.
Carotenoides: son pigmentos cuyo función es determinante en el desarrollo y mantenimiento del estrés oxidativo celular. La presencia de estos pigmentos es muy reconocible porque da color a los alimentos: amarillo, naranja, rojo, violeta… De esta forma, podrás deducir que están presentes en frutas y verduras como la zanahoria, el melocotón, la naranja, la sandía, el tomate o el mango, entre muchos otras.
¿Cuáles son las principales vitaminas antioxidantes?
La A de anti-oxidación
La vitamina A es partícipe de un montón de funciones esenciales en el organismo, entre ellas la hidratación de la piel y la de reparación de la misma. También se la conoce como retinol, cuyos beneficios se pueden encontrar de forma específica a través de cremas y cosméticos, pero también en el consumo de productos naturales.
El betacaroteno es la forma más segura de consumir esta vitamina y la hallamos en zanahorias, brócoli, pimientos, acelgas, espinacas, naranjas, mandarinas, mango, entre otras frutas y verduras. Su acción antioxidante previene el envejecimiento celular y la aparición de ciertas enfermedades.
La C de colágeno
La C es la vitamina estrella, fuente de energía y luminosidad y uno de nuestros antioxidantes favoritos, que regenera, hidrata e ilumina la piel. Su acción participa en la síntesis de carnitina, fundamental para prevenir la obesidad, y en la síntesis de colágeno, que aporta elasticidad al cutis, evitando la flacidez. La encontramos en alimentos como naranjas, piñas, manzanas, tomates, espinacas, entre otros.
Su uso tópico a través de cosméticos, se recomienda en pieles apagadas y afectadas por el estrés, que necesiten revitalizarse y combatir los signos de envejecimiento, así como en pieles cansadas que necesiten recuperar su energía de manera inmediata.
La E de embellecedora
La vitamina E es el antioxidante encargado de luchar contra los radicales libres solubles en lípidos, es decir, ayuda a proteger los ácidos grasos y a cuidar al organismo de la formación de moléculas tóxicas. Protege al organismo contra los efectos del envejecimiento eliminando los radicales libres que causan degeneración de los tejidos como la piel y su presencia es importante en la formación de fibras elásticas y colágenas del tejido conjuntivo promoviendo la cicatrización de lesiones. Disfrutamos de sus beneficios en alimentos tales como aceites vegetales, huevos, nueces, vegetales de hoja verde y cereales integrales.
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