Momento histórico se vivió en ambas canchas a cuatros ojos. El equipo de Gallardo careció de fútbol, no tuvo la compañía de la suerte, algún fallo polémico que lo perjudicó. Pero a grandes rasgos, no supo hacer frente a esta cita histórica.
Bravo arrancó el partido para el equipo de Napoleón Gallardo. No sólo que es un partido a cuatro ojos, o a dos radios…. Boca siempre estuvo a lo largo del primer tiempo, en el fondo, como una estela, como un hilo de sonido de esos que salen silbados de las viejas Spikas pegadas a la oreja…. A River le costó y mucho. El equipo del Ruso Zielinsky se lo hizo dificil. El Ruso, viejo zorro del fútbol, que sabe de mañas y demas yerbas.
Y para colmo de males para el equipo de Gallardo, a los 19 minutos javier Tolerdo conectó un centro tras un córner. Armani miró. Y la pelota besó la red. Uno a cero para el Club Atlético Tucumán, anfitrión de una fiesta que estaba arruinando….Desde ese momento todo fue desconcierto para el equipo de Núñez. En ningún momonto, el equipo logró la altura de juego y de presión a la que tiene acostumbrado en este futbol argentino.
Pero si hay algo que le sobra al equipo de Napoleón, es voluntad. Y el empuje desde el banco y desde el verde césped no tardó en llegar. River fue pura energía y voluntad. Es difícil hacerle frente, y más cuando comienza a crecer en lo fubolístico, y así llegó el gol del respiro, a 16 minutos del baldazo de agua fría: A los 35 fue el cordobés Matías Suárez el que llevó algo de tranquilidad a los corazones millonarios. Pero todo empezó a ser sufrimiento desde el momento desde aquél en que se avisó que Tévez había convertido y de no conseguir un tanto, Boca sería campeón. Fueron 23 minutos de anguistía. River no pudo, se quedó en el camino.
Fuente: TNT Sports
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