VAR sí, VAR no. Las veredas son bien opuestas en el mundo del fútbol, pero si hay en algo en el que coinciden ambas corrientes, es que su utilización está cada vez más en el ojo de la tormenta.
La UEFA Champions League, en su reanudación, volvió a dar una vergonzosa muestra del uso de la herramienta tecnológica. En la jornada de viernes, Juventus y Lyon tuvo en jaque el primer penal del elenco francés en duda, que ni siquiera el árbitro alemán Felix Zwayer fue a revisar.
En el partido entre Barcelona y Nápoli, el VAR también hizo de las suyas. En el primer tiempo, le anularon un gol a Messi por una supuesta mano que no se vio por ninguna de las repeticiones en las cámaras de TV y posteriormente convalidaron un penal al Blaugrana por un golpe sin intención de Koulibaly a Messi, que terminó con el gol de Luis Suárez desde los doce pasos.
Por otra parte, la pérdida de tiempo entre cada jugada está en cuestionamiento, como así también el criterio para revisar ciertas jugadas o no, como ha pasado en Sudamérica en partidos de Copa Libertadores como en cuartos de final con una falta de Javier Pinola a Martín Benítez entre River Plate e Independiente.
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