Lionel Messi se está preparando mentalmente para lo que será la Copa América 2021 y por eso mismo, Ronald Koeman, le permitió tomarse vacaciones y no estar presente en el partido ante el Eibar por la última fecha de La Liga.
En este contexto, en su casa en Barcelona, la Pulga recibió a Diario Olé y se animó a una entrevista enfocada, más qué nada, a su lado más íntimo, el que no todos conocemos y del que poco suele hablar.
“Con cuatro o cinco años yo ya andaba con la pelota, desde que empecé a caminar. Sí, me acuerdo de mis primeros partidos de Grandoli, en la cancha. Yo tengo hermanos más grandes, primos más grandes y siempre, siempre nos juntábamos a jugar con ellos. Desde muy chiquito andaba con la pelota y a los cuatro empecé a jugar en el club, y en la calle todo el tiempo”, comentó Leo, con respecto a sus inicios en el fútbol.
A la hora de recordar esos primeros paso en España, dijo: “La verdad que tomar esa decisión fue difícil, pero al mismo tiempo fue rápida. Ni lo dudé, sin pensar. Fue duro porque cuando yo llegué no podía jugar por un tema de papeles, después empecé y me lesioné. Estuve casi un año sin poder competir. Me entrenaba, que no era lo mismo. Y después tuve la suerte de que a partir de ahí fue todo muy rápido. Siempre volvía llorando de Rosario,no queriéndome quedar, pero al mismo tiempo sí. Quería venir acá a Barcelona para seguir haciendo lo mismo, pero al mismo tiempo me costaba dejar todo. He perdido muchas amistades por el hecho de lo que contaba antes, de que era muy difícil la comunicación… Hoy cualquier chico de 13 ó 14 años te anda con un teléfono y en esa época no pasaba. He dejado de hablarme con mucha gente por el tema de la comunicación, de la distancia”.
¿Es familiero Lionel Messi?: “La verdad, salimos poco por el día a día de los chicos. Tenemos tres y al final te terminas adaptando a su rutina de ellos. Salen del colegio y hacen alguna actividad. Los vas a buscar y hacen algo, hasta las 8.30 ó 9 que comemos, sin dormirse… Los hacés comer, ya se duermen y ya caemos nosotros también. Terminás muerto. Pero bueno, tengo la suerte de estar prácticamente todo el día con ellos, poder llevarlos al colegio, ir a buscarlos, llevarlos a fútbol, a otras actividades y me encanta. Lo que más disfruto es el despertarme, el desayunar con ellos… Aunque a veces los querés matar, ja, ja, ja”.
“Más que nada , el tema de las salidas. Que por ahí quieres pasar inadvertido y meterte donde hay mucha gente o en un centro comercial por ahí es más complicado, pero tampoco pasa de que te conozcan, de una foto, de eso… Pero también tenés… Es que hay momentos que uno quiere estar sin esa presión. Es que muchas veces también tienes tus locuras. Y estás loco porque no quieres cruzarte con nadie. Por ahí la gente te pide una foto o un autógrafo, y por ahí no querés saber nada. A Thiago no le gusta, no le gusta que lo reconozcan… El carácter de él es muy tímido y la pasa mal. Y Mateo todo lo contrario, le chupa un huevo que lo reconozcan, o que digan esto o aquello, le da lo mismo. A Thiago lo baja y le cuesta un poquito más. Pero ellos dos ya se dan cuenta”, reconoció el astro argentino en relación a la posibilidad de realizar actividades sociales y el enfado de sus hijos por la exposición de su familia.
¿Se arrepiente de algo en su trayectoria futbolística?: “Me arrepiento de no haber pedido camisetas antes a jugadores que he enfrentado cuando era chico. Como la de (el brasileño) Ronaldo, la de Roberto Carlos, jugadores que me enfrenté y hoy digo me hubiese gustado tener esa camiseta”.
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