Argentina ya había dejado atrás la derrota ante Arabia y el sufrido triunfo ante México. Todavía quedaba una batalla más y no se podía fallar para pasar a octavos de final.
Aquella tarde en el “974”, el famoso estadio de los containers, la Scaloneta venció 2-0 a Polonia con goles de Alexis Mac Allister y un zapatazo furibundo de Julián Álvarez.
Previo a los tantos, Lionel Messi falló un penal y también tuvo varios cruces con Robert Lewandowski, con quien tuvieron entredichos, supuestamente, por el Balón de Oro que se llevó el argentino y que el polaco creía que no lo merecía.
Tras el partido, el astro albiceleste fue contundente: “Me enseñaron que todo lo que pasa adentro de la cancha queda en la cancha, como en el vestuario. De mí nunca va a salir cosas que nos decimos en la intimidad”.
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