Un nuevo papelón en Sudamerica, otra vez un partido importante queda manchado por falta de ética. ¿Se podría haber evitado todo este circo? si. Ahora la pregunta es, ¿quisieron evitarlo?.

Domingo 15:45 horas, una tarde con sol. Todos los amantes nos predisponemos a ver un nuevo Argentina – Brasil. Menos de dos meses pasaron de aquella noche, donde con una gran sutileza de Di Maria, la Albiceleste gritó campeón después de 28 años. Frente al local en el Maracaná.

Todos esos condimentos, y los de siempre, se juntaban en la Arena do Corinthians en San Pablo. Pero nada iba a ser como esperábamos. El árbitro dio el pitazo inicial. Se empezó con pierna fuerte, cinco minutos y ya había dos faltas por lado. Pero el encuentro no se reanudaba. Las miradas iban hacia un costado y nadie entendía nada.

Un hombre vestido con jean y remera negra había entrado al campo de juego con todas las intenciones de suspender el partido. Se creó un tumulto en el centro del campo y los jugadores argentinos comenzaron a irse de la cancha. Rápidamente nos dimos cuenta que el encuentro no iba a seguir. Ahora, ¿que ocurrió?.

Autoridades de Anvisa ingresaron para llevarse con ellos a los jugadores argentinos que militan en la Premier League (Dibu Martínez, Romero, Lo Celso y Buendía). Esto se debía a que según ellos, no estaban habilitados para jugar el partido por provenir de Inglaterra, algo que se había acordado de antemano con Conmebol. Por eso mismo, toda la delegación argentina decidió irse del campo de juego.

Ahora bien, si ya se sabía que los jugadores no estaban habilitados para jugar o más bien, para estar en el país, ¿por que esperar a que el encuentro inicie y no hacerlo cuando estaban en el hotel?. Esta conjetura hace pensar que fue planificado. ¿Será que Brasil no quiso jugar por no contar con varias figuras?. Lo cierto es que ahora dependerá de FIFA para saber que determinación tomará con respecto a lo ocurrido.

Pero esto no debería quedar así, esto debería marcar un precedente, un antes y un después. Es una vergüenza que se suspenda un partido de tal magnitud por no haberse manejado de mejor manera. Se podría haber evitado todo y que el encuentro se juegue igual. Habrá que buscar a los culpables y que haya sanciones. Aunque todo eso no va a evitar ni cambiar lo ocurrido. Es un hecho, acaban de matar el fútbol.

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