El fútbol argentino vive en un constante loop desde hace muchísimos años y parece no tener intenciones de cambiar, ya que continúa triturando directores técnicos, aún en un certamen sin descensos.
“Apostamos a un proyecto“, es la frase de cabecera de dirigentes y entrenadores, pero cuando los resultados no acompañan sigue el “respaldo total al DT” o “Estamos a muerte con…” y a los dos meses llega la “salida de común acuerdo”.
Ya son nueve los equipos que eligieron despedir o recibir las dimisiones de sus DT. Entre los apellidos destacados aparecen Miguel Ángel Russo (echado por el Consejo de Fútbol) y Juan Antonio Pizzi, resistido desde el día 1 en Racing.
Otros apellidos que fueron triturados: Gustavo Coleoni (Central Córdoba), Leo Madelón (Platense), Sebastián Méndez (Godoy Cruz), Fernando Gago (Aldosivi), la dupla Messera-Martini (Gimnasia), Juan Manuel Azconzábal (Unión).
El tiempo pasa y las presiones y el extremo exitismo del fútbol argentino sigue rompiendo ideas que ni siquiera pueden verse plasmadas, ya que en ocho partidos, si los resultados no acompañan, la primera cabeza que rueda es la del técnico.
Es por eso que aquellos que gestionan los clubes deberán replantearse qué idea intentarán pregonar, si la del “ganar o ganar” o la de un verdadero proyecto a largo plazo que en los últimos años sólo pudo llevarla a cabo River con Marcelo Gallardo o bien en el Ascenso Pablo Vico con Brown de Adrogué, Sergio Geldstein con Victoriano Arenas o el incansable Pepe Romero con All Boys.
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