Es el jugador que todo equipo quiere tener. No pone objeciones a nada y juega donde le piden. Va al arco, de central, de cinco, de ocho y hasta incluso también se anima a hacer un gol maradoniano corriendo 70 metros en El Monumental en una noche de Copa Libertadores.
Todos esos condimentos los tiene Enzo Pérez, un hombre que sigue sumándole capítulos a una película plagada de emociones, no sólo con la casaca del Millo de sus amores, sino también con la Selección.
El experimentado mediocampista tuvo que ¡ir al arco! en una noche copera histórica frente a Independiente Santa Fe porque todos los guardavallas estaban aislados por coronavirus. Sí, jugador de campo y bajo los tres palos.
Ayer ante Sarmiento debió incursionar como zaguero en una línea de tres; los habituales titulares en esa línea no estuvieron; fueron convocados a sus respectivos seleccionados para las Eliminatorias y otros están lesionados.
Por eso, Enzo es “Inmenzo”. Donde Gallardo necesita cubrir un hueco, él dice presente y lo hace con creces. Si va abajo, es una muralla y no pasa el rival. Y por si fuera poco, se mandó de nueve en el cierre y marcó un gol agónico para ganar como visitante y seguir prendido en el campeonato.
Si tiene que jugar en su posición natural, el oriundo de Maipú redobla siempre la apuesta. Así lo dejó demostrado en el aplastante 8-0 a Jorge Wilstermann con un gol maradoniano o bien, lo que iba a ser un año más tarde, a lo Pity Martínez en Madrid.
Claro, Enzo no es 10, pero juega de diez y de número 10 si tiene que hacerlo, con una corrida memorable para uno de los goles más vistosos de River de los últimos años.
Pérez es así, inoxidable. Con 35 años y con una carrera espectacular, aún tiene más historias para escribir y la que viene es aún un misterio. ¿Se vendrá el Enzo lateral derecho o izquierdo?
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