Boca perdió sin dar la talla ante Vélez, ni siquiera una rebeldía durante los 90 minutos, ningún tiro al arco y ahora a masticar bronca. Muy lejos de lo que fue la última visita al Amalfitani.

Boca era el tercero en discordia entre River y Talleres para optar por ser el campeón del torneo de la Liga Profesional del fútbol argentino, pero hoy dejó demostrado que sigue siendo un equipo en formación. Esta noche ante Vélez no hubo un tiro al arco, ni siquiera de media distancia que le diera la mínima posibilidad de meterse en partido.

Uno puede caerla a Battaglia por el planteamiento inicial que no tuvo mucha lógica, donde su equipo salió a defenderse en los primeros minutos, pero por parte de los jugadores tampoco hubo un cambio de decisiones. Así fue como el Fortín hizo lo que quiso con el Xeneize. Si bien el resultado muestra un 2 a 0, en las estadísticas se vio la gran diferencia. Boca no pateó al arco en todo el encuentro, y solamente tuvo tres tiros que pasaron lejos y no generaron peligro.

Ese item es lo que más debería preocupar a Boca de cara al futuro, ya que en pocos días deberá enfrentarse ante Argentinos Juniors por la semifinal de la Copa Argentina. Ahora bien, hoy el Xeneie no pateó al arco, pero ante el mismo rival, y hace poco más de seis meses, las cosas fueron muy diferentes.

El siete de marzo de este año, un Boca muy distinto al de hoy en día, inclusive con Miguel Ángel Russo como entrenador, vapuleó 7 a 1 a los dirigidos por Pellegrini. Igualmente no hay que quedarse con ese resultado, aquella noche fue un espejismo de la mejor producción que podía hacer aquel equipo, y lo de hoy… lo de hoy es una muestra de lo mal que puede jugar el equipo de Battaglia. De golear a no pasar mitad de cancha.

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