El encontronazo de Sergio Romero con un grupo de socios de Boca, luego de que le recriminaran su floja intervención en el gol de Manuel Lanzini que definió la victoria de River en el Superclásico, no le saldrá gratis al arquero de 37 años. Luego de horas de debate, la dirigencia resolvió que le aplicarán una multa económica y posiblemente una sanción deportiva, que aún no se sabe cómo será en detalle. Los hinchas involucrados también recibirán un apercibimiento.
La secuencia fue caótica. La revisión del árbitro Nicolás Ramírez en el VAR en la jugada del gol de Milton Giménez, en la que se detectó una mano que invalidó el agónico tanto del empate, decretó la caída del Xeneize a manos de su eterno rival, que había ido a La Bombonera a jugar con suplentes para guardar a buena parte de los titulares con miras a la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Los fanáticos que habían asistido al estadio explotaron de furia y decidieron reprobar, mediante silbidos, la actuación del equipo de Diego Martínez. Cuando el plantel se encaminaba al túnel de los vestuarios, Chiquito reaccionó ante los insultos de un puñado de simpatizantes y saltó a la tribuna para tener un careo con ellos. La situación, que contó con la intervención de otros socios y de los propios jugadores, no pasó a la instancia de golpes de puño.
El arquero con pasado en la Selección Argentina dejó el orgullo a un lado y realizó un mea culpa sobre su actitud, que valió una contravención por incitación a la violencia. “Me puteó, me puteó con tantas ganas que justo me encontró, lamentablemente. Me estaba yendo tranquilo, caliente, pero me encontró. Se me fue la cabeza y volví. No quería que sucediera pero ya está. Hoy le ofrezco mis disculpas al hincha de Boca porque estuve mal con la reacción. Tendría que haberlo dejado pasar e irme porque están en su derecho de expresarse, pero ya está”, desglosó en una rueda de prensa.
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