Juan Román Riquelme aterrizó el miércoles en Madrid, paseó por sus calles y ya está listo para volver a calzarse los botines y subirse las medias. Jugará este sábado el Partido de las Leyendas por el centenario de Villarreal, club donde dejó una huella insondable, y se lo ve muy entusiasmado, aunque nunca deja de pensar en Boca.
En un mano a mano con el periodista Juan Castro, e íntimo amigo al que invitó a su palco de La Bombonera, Román palpitó la fiesta en La Cerámica y expresó su alegría por volver a defender los colores del Submarino Amarillo. “Hasta sigo teniendo mi casa en Villarreal… Cada año intento pasar a ver algún partido porque es mi casa también. He pasado momentos muy lindos, la gente siempre me ha tratado con mucho cariño. Eso para mí es lo más importante. Mañana será un día muy feliz, tanto para ellos como para mí. Esperemos disfrutar mucho“.
Y analizó su ciclo, con la N°8 en la espalda. “Llegué en 2003. Si uno se pone a pensar, ya pasaron 20 años. Que tengamos la suerte de poder disfrutar unos días todos juntos quiere decir que hemos hecho las cosas bien, que la gente lo ha pasado muy lindo y para nosotros eso es maravilloso”.
Hasta que llegó el momento de hablar del Xeneize y se le dibujó una sonrisa en el rostro. Consultado sobre cómo se siente en este rol de vicepresidente y ya no con los pantalones cortos, Riquelme indicó. “Bien, contento. Dejé el fútbol en su momento; estuve varios años en mi casa pensando, preparándome. Sabía que en algún momento iba a volver a Boca y ahora hace tres años que me toca estar en el club y la verdad es que se disfruta muchísimo”.
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