Resulta raro que de un partido a otro Gustavo Alfaro haga seis modificaciones. Así es, de los once que vencieron a Lanús en la Bombonera por 2-1, tan sólo repetirán Andrada, Buffarini, Izquierdoz, Lisandro López y Marcone. El resto, todos nuevos.
Al ver la formación uno se pregunta si es posible aceitar una manera de jugar variando los interpretes partido a partido. Resulta complejo. Sin embargo, hay quienes afirman que estas maniobras del entrenador tienen que ver más con el manejo del vestuario que otra cosa. Para controlar las “caras largas”.
¿De quienes? Uno es Carlos Tevez, a quien le habían prometido que iba a jugar todos los partidos y que sería la bandera de la re-conversión. El otro, sería Wanchope. Hoy se sabe y está socialmente aceptado en el hincha que Benedetto es el titular indiscutido. Sin embargo, tener una figura como Ábila en el banco es complejo.
El interrogante es qué hará Alfaro en el futuro inmediato: ¿apelará a la rotación como método de conducción o afianzará y depositará toda su confianza en un once “de memoria”?
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