Cristian Tarragona se convirtió en un flamante refuerzo del Fortín de Pellegrino. El delantero viene de ser uno de los máximos goleadores en la Superliga pasada, donde se desempeñó en el Patrón de Paraná.
Tarragol, como suelen decirle, tuvo una carrera bastante particular, pasando por muchos clubes del ascenso, yéndose al exterior y luego volver para jugar en Platense, club que de cierto modo fue el que lo hizo volver a sentirse vivo en el fútbol.
Tras una última gran temporada en Primera División y arribar al conjunto velezano, el delantero ya expresó sus primeras palabras en la entidad de Liniers:
“Cuando mi representante me dijo que Vélez me quería, le dije que siguiera con el contacto porque yo quería jugar en un grande como lo es este club. Pellegrino me expresó su deseo de que formara parte de su plantel, me comentó su estilo de juego, y creo que puedo serle útil. Ahí me terminé de convencer”
“Me acuerdo estar sentado en una mesa junto a mi mujer y mi primer hijo, tomando mates en silencio. La miro a ella y le digo ‘esto es pasajero, voy a volver a jugar en Primera’. Y así fue, por eso disfruto mucho haber llegado a Vélez”.
“El ascenso es muy difícil. Todo se hace complicado con las canchas, la ropa; la comodidad en sí. Y a veces ésos son motivos suficientes para que un jugador cuelgue los botines. Yo he jugado en canchas cuyo terreno eran piedras pero siempre tuve perseverancia para seguir adelante”.
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