Un final anunciado, pero el que ninguno quería. Lucas Pratto había sido incorporado por River por una suma cercana a los 15 millones de dólares, fue resistido por mucho tiempo, hasta que hizo goles importantes y tal vez los que más recordarán los hinchas hasta el final de sus vidas: dos gritos en las finales de la Libertadores 2018 ante Boca.
Sin embargo, con el tiempo, el atacante perdió consideración por parte de Marcelo Gallardo, a tal punto que se fue a Holanda y al retornar rescindió su vínculo con el Millo a falta de un año para finalizarlo.
Tras su reciente salida, el delantero no se guardó nada y castigó a la CD y a Napoleón. “Estoy tranquilo porque hablé lo que tenía que hablar en su momento. No me quisieron comunicar en la cara que no iba a ser tenido en cuenta. No puedo pretender que todos se manejen como uno pretende. Con Gallardo no volví a hablar y me hubiese gustado que me dijera que no me iba a tener en cuenta“, soltó y luego agregó: “No tengo nada que decir, es un gran entrenador”.
Posteriormente, el ex Sao Paulo y Vélez Sársfield dejó en claro que la rescisión era el camino necesario. “No le servía ni a River ni a mi seguir en el club, endeudándolo más y yo sin jugar. Al club le estaba costando mucho pagarme y yo jugaba cada vez menos. Pero en ningún momento me quise ir de River. Todos saben lo que viví y que di todo por el club. Nadie puede reprocharme nada”, sentenció.
Con el pase en su poder, el futuro de Pratto es incierto. Hasta ahora tuvo dos ofrecimientos concretos: uno del Fortín y otro de Atlético Mineiro. Lo que es un hecho, es que no jugará en Boca: “No hay chance. Salí del club y tengo buenos recuerdos, pero después prácticamente no tuve chances en primera por algunos personajes dirigenciales que no tengo un buen recuerdo”.
El gol de Pratto sacando del medio en una final de Copa Libertadores
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