El entrenador de Paris Saint-Germain, Luis Enrique, habló este lunes después de haber sellado la clasificación de su equipo a octavos de final del Mundial de Clubes con un triunfo por 2-0 sobre Seattle Sounderspor la última fecha del Grupo B. Sin embargo, el DT dejó en claro que aprovechaba la victoriosa ocasión para elevar una dura queja sin que sonara a excusa: liquidó a la organización por los campos de juego sobre los que se desenvuelve el certamen.
“A mí me importa el estado del terreno de juego y lo digo hoy que ganamos. Esto dista mucho de los estados del terreno de juego de Europa. Están bien, pero el balón bota como si fuera un conejo y hoy por ejemplo al ser un campo artificial anteriormente y ahora de césped natural lo tienen que regar a mano. Lo han regado al descanso pero se seca a los 10 minutos. Para nuestro juego es un problema, claro”, acusó en la conferencia de prensa.
“No lo vamos a poner como excusa y lo digo hoy que hemos ganado, pero es un problema para jugar al nivel que tú quieres. Y creo que esta es una de las cosas que FIFA tiene que tener en cuenta, no solo el estado del terreno de los estadios sino el de los campos de entrenamiento si queremos la mejor competición del mundo”, prosiguió el español.
Cada vez más vehemente, el DT fue más allá chicaneando entre líneas a Estados Unidos, donde el fútbol no logra un interés masivo como sí lo hacen otros deportes, como el básquet: “No me imagino una cancha de la NBA con agujeros, porque nosotros jugamos en estadios donde el balón se parece más a un conejo que a un balón. A nosotros nos perjudica, a otros los puede beneficiar. Puestos a criticar, a mí sí que eso me parece algo a cambiar”, finalizó.
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