El presidente de River, Jorge Brito, manifestó hace un tiempo su intención de renovar el contrato del entrenador Marcelo Gallardo, el cual finaliza en diciembre, hasta el final de su mandato para continuar el ambicioso proyecto futbolístico que inició con un importante mercado de pases en el que fichó al colombiano Miguel Borja, Rodrigo Aliendro, Pablo Solari y concretó el regreso de Lucas Beltrán.
Como lo hizo las anteriores ocasiones en las que estuvo a punto de terminar su vínculo con el club, Gallardo anunciará oficialmente si seguirá o no en River una vez finalizadas las competencias en octubre, antes del inicio del Mundial de Qatar 2022. Un punto negativo pensando en la negociación por la renovación de su contrato es el tiempo, entre octubre y diciembre, que tiene el Muñeco para esperar una oferta del exterior.
Ahora bien, hay una notoria decisión que tomó hace rato el técnico riverplatense que puede llegar a evidenciar de fondo una intención de continuar a cargo del equipo en 2023. Se trata de la relegación de Leandro González Pirez y Tomás Pochettino del equipo: el defensor no juega desde el 11 de julio por la fecha 7 de la Liga Profesional ante Godoy Cruz y el volante desde el 18 de julio por la jornada 8 del Torneo Local contra Vélez.
Por González Pirez, River desembolsó un cargo de 1.800.000 dólares por un préstamo de dos años, con una opción de compra de 200 mil dólares y dos pagos extra de 100 mil dólares si el jugador alcanza los 10 partidos (por lo menos 45′) en 2022 y 2023 -cosa que ya sucedió-, pero su opaco nivel, sus errores defensivos y la competencia en el puesto lo relegaron cada vez más. En el caso de Pochettino, todo indica que no ejecutarán a final del calendario la opción de compra de 6 millones de dólares por el 50 por ciento del pase de Austin FC (ya descartaron una el 30 de junio pasado) y el mediocampista retornará a la MLS.
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