Desde la llegada de Guillermo Barros Schelotto, el Fortín recuperó la ilusión no solo en el plano local, sino también a nivel internacional, donde la Copa Libertadores es la gran obsesión.
El Melli dirige el certamen como entrenador por cuarta vez y en cada edición se superó. En 2014 llegó a cuartos con Lanús, en 2016 fue semifinalista en Boca y en 2018 llegó a la final con el Xeneize.
En este 2025 ya está entre los ocho mejores e intentará dar un paso más: la vuelta olímpica. ¿Se le dará?
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