“Me siento con la fortaleza para pararme enfrente del grupo y hacer los entrenamientos”, contestó Martín Demichelis en relación a a su futuro en medio de los cuestionamientos, ni bien se consumó la despedida de la Copa de la Liga contra Rosario Central. Su postura está clara, así lo evidenció aun con la bronca del momento cuando se sentó en la conferencia de prensa tras los frustrantes penales.
Desde las altas esferas del Millonario confían en el actual DT y piensan en un 2024 bajo su conducción. De Jorge Brito hasta Enzo Francescoli, la planificación a corto y mediano plazo es con el exdefensor en el corralito; los dirigentes ya repitieron –o dieron señales- que no piensa en interrumpir su contrato, que finaliza en diciembre de 2025.
Con esta premisa, también es un realidad que el año que viene será un desafío gigante para Demichelis porque el margen de error se achicará. Los últimos resultados y el hecho de que no haya logrado ganarse la aceptación general del hincha de River en general pesan; y por eso deberá cambiar la imagen que dejó el equipo en este último semestre y acercarse aquella que ilusionó a los riverplatenses en la Liga Profesional 2023.
Cambios que no convencen, las eliminaciones tempraneras en la Copa Libertadores y Copa Argentina, ciertos episodios puntuales como como aquel que desató una interna con el plantel hace un puñado de meses y ahora esta caída con Central hacen que todavía se lo mire de reojo; que estén esos cuestionamientos “instalados”. En resumen, la continuidad de Demichelis en el arranque del 2024 está asegurada, así como también es un hecho que la vara empieza a elevarse y se le exigirá, tanto interna como externamente, un River mejorado. El Trofeo de Campeones, la pretemporada y el mercado de pases serán los pasos que le siguen a un ciclo que fue de menor a mayor e intentará reconvertirse.
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