El curioso e infartante arranque de Liverpool
Los Reds, últimos campeones de la Premier League, arrancaron la nueva temporada con puntaje ideal: fueron cuatro triunfos agónicos.
Los partidos de fútbol duran noventa minutos. Sí, es algo que se sabe desde hace más de un siglo. Sin embargo, uno de los mejores equipos del mundo lo celebra semana a semana. El Liverpool, último campeón de la Premier League, inició la nueva temporada de la mejor manera: lleva cuatro triunfos en las cuatro primeras fechas y es el único líder del certamen aunque, si los encuentros duraran apenas un poco menos, estarían con cero victorias ya que ganaron todos sobre la hora.
El elenco dirigido por Arne Slot, que tiene a Alexis Mac Allister como una de sus figuras, debutó en el torneo doméstico ante el Bournemouth en Anfield. Si bien se puso 2-0 arriba en el arranque del complemento, a falta de poco menos de un cuarto de hora, la visita llegó al empate y no fue hasta el minuto 88 que Federico Chiesa le devolvió la ventaja, que Mohamed Salah estiró en el descuento para el 4-2.
Poco más de una semana más tarde, tocó el turno de visitar a Newcastle y volvió a atravesar una situación similar: consiguió una ventaja de dos goles en el comienzo de la segunda mitad y parecía encaminar una victoria fácil con un jugador más, pero las Urracas llegaron al empate sobre la hora. Lejos de sentir el golpe, fueron a buscar el resultado y lo consiguieron a los 100 minutos gracias a un gol de Rio Ngumoha, de apenas 16 años.
Para la tercera jornada llegó la dura parada ante el Arsenal de Mikel Arteta y que sumó a Gabriel Heinze a su cuerpo técnico. El partido, parejo desde su inicio, se definió gracias a un exquisito tiro libre de Dominik Szoboszlai a falta de siete minutos para el cierre.
Luego del parate por la fecha FIFA, la tendencia se mantuvo en la visita al Burnley. Liverpool dominó desde el primer minuto pero no podía romper el cero. En un duelo accidentado por la lesión de Mac Allister, un penal en el minuto 95 convertido por Mohamed Salah sentenció el cuarto triunfo agónico al hilo para los de Arne Slot, que inició de la mejor manera su defensa del título aunque, a este ritmo, no hay corazón que aguante.
