El presente de Cristiano Ronaldo, de 37 años, está lejos de la estatura de la carrera que construyó. Enfrascado en la idea de dejar al Manchester United para arribar a un club que participara de la Champions League, coqueteó con Chelsea, Atlético Madrid, Borussia Dortmund, Bayern Múnich, Milan, Napoli y Sporting de Lisboa, entre otros conjuntos, pero no consiguió que alguno de ellos invirtiera en él. No realizó la pretemporada, se incorporó tarde y a regañadientes al plantel, y hoy aparece relegado en la consideración del entrenador Erik ten Hag.
Pero ni aún en ese contexto Cristiano, que tiene contrato con los Diablos Rojos hasta junio de 2023, aceptó la astronómica oferta que le acercaron desde Asia antes del cierre del libro de pases. El Al- Hilal, equipo de Arabia Saudita buscó seducirlo, y como no podía hacerlo desde la propuesta deportiva, lo hizo con dinero. Mucho dinero. Según informó CNN de Portugal, el elenco saudí le ofertó algo más de 242 millones de dólares para contratar sus servicios. “Nos gustaría ver a un jugador como Cristiano Ronaldo jugando en nuestra Liga”. Había manifestado Yasser Al-Misehal, presidente de la Liga de Arabia Saudita, a The Athletic. Fue un anticipo del movimiento de ajedrez que no resultó.
“Estoy convencido de que sería un fichaje muy caro, pero ha habido otros jugadores que han dejado la Premier para venir a nuestro país”. Fue la esperanzadora frase del directivo. Se trataba de un ofrecimiento de 2.300.000 dólares por semana, cuando en la actualidad percibe 300.000. No obstante, emigrar a una liga como la saudí hubiera significado disminuir en su competitividad con el Mundial de Qatar, el último en su carrera, a apenas dos meses de distancia. Y optó por no innovar.
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