Defensa y Justicia: el proyecto Halcón
El equipo de Florencio Varela y una historia increíble. De la última categoría, a la elite del fútbol argentino y a estar a tres partidos de un histórico título continental.
Un club de barrio y una pasión inigualable. Defensa y Justicia es sinónimo de esfuerzo y de trabajo sostenido a lo largo de toda su historia, pero particularmente en los últimos seis años.
El proyecto arrancó en la Primera B Nacional 2013/14 de la mano de Diego Cocca, quien puso la primera semilla en el Halcón con la premisa del buen juego en una categoría en la que no abunda la pelota al piso, las transiciones y el vértigo permanente.
El fútbol argentino se basa en resultados y el más importante iba a llegar el 14 de mayo de 2014, cuando Defe lograba por primera vez en su historia el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino, luego de haber deambulado durante toda su vida en la D, la C, la Primera B y el Nacional B.
Si el más incrédulo no imaginaba ver al club de sus amores en Primera División y jugar contra Boca, River, Racing, San Lorenzo (con Independiente había jugado en el ascenso), lo que el futuro le deparaba iba a ser realmente de película…
Ya sin Cocca en el banco y con un año en Primera, la institución de Florencio Varela se afianzó y fue por más de la mano de otro de sus maestros: Ariel Holan. Desconocido por muchos, el Profesor hizo un trabajo de hormiga y fue a fondo con nuevas herramientas, uso de tecnología y con la idea “lírica” a flor de piel.
Los números del entrenador hablaron por sí solos. En tan solo casi tres años de Defe en Primera, llegaría otro sueño: clasificar a una copa internacional. Sí. El equipo de Florencio Varela se metió en la Sudamericana 2017, no sólo por los puntos que sacó el Profesor, sino también por quien lo sucedió en el último tramo (2016/17): Sebastián Beccacece.
Becca, de la escuela de Jorge Sampaoli a un paso histórico por el Tito Tomaghello. Fue el técnico de la primera incursión fuera de Argentina para el Halcón y con proeza incluída: eliminación a Sao Paulo en el mítico Morumbí.
Si bien después quedó eliminado frente a Chapecoense por penales, el Halcón le iba a tomar el gustito a jugar copas internacionales, e incluso pelearle mano a mano a los gigantes del fútbol argentino el torneo local.
Si el 2017 fue memorable, lo que iba a venir sería aún superador. En 2018 volvió a jugar la Sudamericana y se metió ¡en cuartos de final! Sí. Con tan solo cuatro años en la máxima división, habiendo sido históricamente un equipo de ascenso, Defensa y Justicia se metió entre los ocho mejores de un torneo continental.
Y en 2019 fue el equipo sensación de la Superliga (hoy llamada Liga Profesional). Se transformó en el equipo del pueblo, el que todos querían que saliera campeón, pero no le alcanzó y terminó subcampeón por debajo de Racing, pero con el reconocimiento de todo un país que se sacó el sombrero ante un pequeño gigante.
Y en 2020, el broche de oro. El casi tocar el cielo con las manos. El Halcón voló bien alto y clasificó por primera vez a la Copa Libertadores, la obsesión de todos los clubes de América.
Aunque quedó eliminado en fase de grupos y hubo un sabor amargo, salió tercero y se metió en la Copa Sudamericana, un torneo que parece sentarle bien…
Este año, Defe tiene a otro entrenador que continúa el proyecto de los anteriores y que va por todo: Hernán Crespo. El exentrenador de Banfield está dispuesto a romper con todos los récords y a abrazar la gloria absoluta.
El conjunto de la zona sur del Gran Buenos Aires superó todo lo hecho en años anteriores a nivel continental, ya que está ¡en semifinales! y enfrentará a Coquimbo Unido por un lugar en la ansiada final.
La historia del Halcón en la Copa seguirá a principios de 2021, pero el sueño está más cerca que nunca. Tres partidos. 180 minutos. La gloria está a la vuelta de la esquina.
Defensa dio pequeños pasos y se agigantó con el correr de los años. De las canchas de tierra, a la gran posibilidad de clasificar al Mundial de Clubes.
¡Salud, Halcón!
