Desde el momento en el que renovó su contrato con Boca en febrero de 2023 hasta diciembre de 2024 con la condición de poner una baja cláusula de rescisión de 10 millones de dólares para una posible salida, el futuro de Valentín Barco se sabía que iba a estar fuera del club tarde o temprano. En este mercado de pases, el Colo tomó la decisión de irse y este lunes se define su porvenir: el Xeneize acepta la oferta de Brighton o la rechaza y obliga al jugador a ejecutar la cláusula.
El Colo le notificó el viernes al club de la Ribera su postura indeclinable de marcharse en este periodo de transferencias y el escenario es el siguiente: Boca llega a un acuerdo con el club inglés y acepta la propuesta económica que le acercó o, caso contrario, el jugador ejecuta este lunes la cláusula de rescisión, algo que le manifestó al club que no es lo que quiere hacer, sino que le gustaría irse en mejores términos.
Por cómo vienen dándose las negociaciones, todo indica que el Xeneize no aceptará esa propuesta. Y que desde el club consideran que la intransigencia en “venta o cláusula” es una extorsión, sobre todo cuando aseguran que se reunieron con su representante Adrián Ruocco (sí, el mismo de Carlos Tevez, de relación tirante con el riquelmismo) para firmar un nuevo contrato de tres o cuatro años que lo sume al escalón de los mejores salarios del plantel. Acá, claro, hay otra vez versiones contrapuestas. De un lado dicen eso y del otro que esa charla nunca existió. Y que en ese caso el Colo se hubiera quedado.
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