Es en la causa del pintor que cayó desde un andamio hace un año, mientras trabajaba en la Bombonera y murió días después. ¿Quiénes son señalados como responsables y por qué? Todo lo conocés en FPD.

Fue hace exactamente un año, mientras la nueva dirigencia del club apuraba los trabajos de embellecimiento de la Bombonera. Aparte del reemplazo de asientos, de la quita de protección que separaba el campo de la zona baja de plateas, se estaban realizando trabajos de pintura en el edificio del estadio. El 27 de enero, Juan Romero -uno de los empleados de la empresa contratada- se accidentó: cayó desde un andamio y murió cuatro días más tarde en el Hospital Argerich por politraumatismos y hemorragias internas más allá del esfuerzo de los médicos. Hoy, 365 días más tarde, hay varios imputados por homicidio. Y uno de ellos es el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal.

Junto con Ameal, también están imputados en el caso Roxana Vila -arquitecta y apoderada del club-, Angel Amado Piccolo y Gustavo Benedetto, ambos por parte de la empresa contratada para las tareas de pintura (SRL Abal Galileo).

¿Por qué está imputado el presidente de Boca si había una empresa contratada para hacer los trabajos? “Porque fue el club el que le entregó a la empresa los andamios”, aclara Angel Moyano, uno de los abogados de la querella. Y estas estructuras eran “antirreglamentarias y sin baranda” según aparece en la causa por los testimonios de los que eran compañeros de Romero.

La empresa contratada no parecía preparada para la complejidad de la obra. De hecho, si bien durante los primeros días los trabajos se habían hecho con una grúa especial para la altura, ésta no era de Abal Galileo, sino prestada, y más temprano que tarde debieron devolverla. Pero la compañía tampoco contaba con andamios correspondientes para continuar con las tareas, y los que utilizaron “eran antirreglamentarios” y “no estaban anclados a una estructura fija”, según consta en el informe de Luciana Korczak, arquitecta de los Bomberos de la Ciudad, que se encargó de realizar el informe técnico a pedido de la querella y de la fiscalía. Lo del anclaje a una estructura es clave: hubiera impedido que se diera el desplazamiento, tal como ocurrió.

A los imputados les cabe la responsabilidad en el hecho porque son los encargados de garantizar la seguridad. Y en el caso puntual de Ameal, el estatuto de Boca no admite dobles lecturas en sus artículos 64 y 66:  dice que “el presidente -o vice, en su ausencia- representa al club en todos sus actos como autoridad máxima del club”. ¿Cuál es la pena que puede caberles a los imputados si son hallados responsables por la Justicia? De uno a cinco años de prisión más inhabilitación para ejercer cargos.

Según aporta María Teresa Santoni, también abogada patrocinante de la familia de Romero, Ameal no se presentó a declarar, sino que hizo por escrito un descargo en el que dice que “el club proporcionó la pintura y las herramientas que podrían ser necesarias para armar los andamios que eventualmente se utilizaran”. Sin embargo, tanto la empresa contratista como los compañeros de Romero confirmaron que las estructuras fueron provistas por el club. “La misma empresa se los pidió prestados”, confirmó un testigo. FPD intentó comunicarse con Ameal para conocer su opinión sobre el estado de la causa y su situación personal, pero el presidente de Boca no contestó a los mensajes.

Los testimonios son contundentes y dejan en una posición delicada tanto al club como a la empresa. Se sabe por los declarantes que, debido a la escasez de personal, Abal Galileo llegó a contratar a operarios que se presentaban en la Bombonera a pedir trabajo y que tenían que proveerse sus propios mecanismos de seguridad y demás herramientas de trabajo, que no eran proporcionadas por la compañía. Uno de los compañeros de Romero, de hecho, entró en conflicto con los contratistas por negarse a subir a un andamio de siete cuerpos. “Era un suicidio”, justificó. Luego de la negativa, fue invitado a retirarse. “Yo sé por las normas de seguridad que se prohíben andamios con ruedas de más de cuatro cuerpos. Cuando me negué a subir, me dijeron que podía pasar a cobrar”, afirmó el pintor.  

Según cuenta este mismo testigo, Romero decidió subir porque necesitaba el trabajo ya que tenía a su mujer enferma: “Yo le pedí que no subiera, pero que si lo hacía, usara mi cabo de vida”. ¿Qué es el cabo de vida? Una cuerda flexible que se usa como elemento de seguridad para anclar el arnés completo a una estructura fija. “Nadie tenía cabo de vida salvo yo, porque la empresa no se lo daba a nadie”, completa la fuente.

En cuanto al accidente en sí, Juan González -otro compañero de la víctima y empleado de Abal Galileo desde hace cinco años- contó que “mientras Romero estaba bajando, el andamio se deslizó”. Mientras que Gregorio Oviedo, también pintor, confirmó que “los andamios fueron provistos por Boca. Eran demasiado chicos y con poco sustento. Nosotros habíamos pedido máquinas para pintar, pero el club dijo que no las había conseguido”.

La esposa y la hija de Romero también aportaron su testimonio. Gladys Almaraz, la esposa, aseguró que “el club estaba apurado por terminar la obra y por eso presionaban a los trabajadores y les ampliaban el horario de trabajo”. Con respecto a la relación de Romero con la empresa, Almaraz dijo que “un día, cuando mi marido ya estaba internado, se acercó el señor Piccolo, se presentó como dueño de la compañía y nos confirmó que Juan tenía una ART, que tenía seguro de vida, y que lo iba a poner en blanco”. O sea: la víctima tampoco tenía una relación formal de dependencia con Abal Galileo.

Ahora, todo está en manos del Juzgado de primera instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas N° 25 de CABA. “Estamos esperando el juicio oral -aclara Moyano-. Se está demorando sólo por la pandemia, porque la realidad es que hay muchísima prueba”. La familia de Juan Romero sigue esperando justicia. 

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