La Premier League está que arde. Arsenal igualó 2-2 con West Ham, que tuvo a Manuel Lanzini en el banco de suplentes,y otra vez dejó puntos ante la presión de Manchester City, que ahora quedó a cuatro unidades con un partido menos y un enfrentamiento directo pendiente. El encuentro se disputó en el Estadio Olímpico de Londres, donde Bukayo Saka erró un penal que pudo haber cambiado la historia.
El resultado de este domingo dejó en el aire el dominio de Arsenal, que empieza a sentir la presión del liderato en el tramo decisivo de la temporada. No pudo con el Liverpool el pasado fin de semana a pesar de tener también un 2-0 a favor y tampoco este domingo, en el derbi londinense, con un West Ham que puja cada semana por la salvación.
Gabriel Jesus y Martin Odegaard abrieron el partido para el equipo de Mikel Arteta, mientras que Saud Benrahma (-p-) y Jarrod Bowen, justo después del fallido de Saka, anotaron para el de David Moyes.
Se lanzó a la desesperada el líder para recuperar la renta, el dominio en el partido. Fue sin orden. Los cambios de los Gunners no funcionaron. El castigo pudo ser mayor para los visitantes porque Michail Antonio estrelló en el palo un cabezazo a ocho minutos del final.
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