El 27 de julio de 2014 no fue una fecha más para los fanáticos del Millonario. Ese día comenzó un increíble camino, tal vez el más importante de la historia de la entidad de Núñez.
Marcelo Gallardo se calzaba el buzo de entrenador de River y llegaba para reemplazar nada menos que a Ramón Díaz, uno de los personajes más representativos de La Banda y de los más ganadores, como jugador y DT.
Pero el Muñeco apostó fuerte desde el arranque en aquel encuentro por Copa Argentina frente a Ferro. Desde allí, construyó un verdadero imperio y una nueva realidad ante Boca: eliminaciones en fila en Copa Libertadores, Sudamericana, finales de torneo local e incluso la más importante de todas en el Santiago Bernabéu en 2018.
A ocho años de aquella presentación, la imagen de Gallardo creció cada día más, a tal punto que fue bautizado como Napoleón. El tiempo pasa y aún su Waterloo no llegó y parece que está muy lejos, tanto, que ni se ve en el horizonte.
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