Sucedió en el partido entre Sao Paulo y Fortaleza.
Se estaba disputando el encuentro entre el Tricolor y el León de Brasil, cuando de repente tuvo que detenerse el juego debido a un enjambre que se ubicaba en uno de los banderines del córner.
¿Cómo se dieron cuenta? En un tiro de esquina el cual había a ser ejecutado por Dani Alves, de un instante a otro, el jugador salió espantado de allí e indicando que algo le había picado en su cuello.
El héroe, por decir, fue Jackson, defensor de Fortaleza, que se acercó al banderín, se arrodilló y lo agarró, rápidamente, para arrojarlo fuera del campo de juego.
Al rato, las abejas ya se habían ido y el banderín pudo ser reincorporado a la esquina donde correspondía.
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