Minuto 81′. Con su equipo ganando 2-0, Messi sale lanzado en un contraataque más de los que están golpeando a Liverpool en los últimos minutos, juega la falsa pared con Suárez y es derribado por Fabinho, quince metros fuera del área grande, en posición de 9.
Una fiesta de fútbol regalaron esta noche Barcelona y Liverpool, por la ida de la semifinal de Champions. El equipo español se impuso 3-0 y dio un paso gigante hacia la final de Madrid. Un PT a velocidad supersónica y un ST intenso y cambiante completaron un espectaculo digno de una semifinal en este nivel
Barcelona aprobó una asignatura que tenía pendiente desde Roma, especialmente cuando se vio obligado a cambiar su partitura inicial y trabajar los partidos. Liverpool lo puso a prueba, lo dominó en algunos pasajes ,y lo obligó a jugar según sus reglas. La presión alta en la salida, la dinámica infernal en su transición defensa-ataque y la rotación permanente en ofensiva que ejecutaron los reds, especialmente en las mitades iniciales de cada periodo, condicionaron la estrategia culé al punto de hacerlo jugar de contraataque en muchos pasajes, aun en su propio estadio. Quien haya visto la primera mitad del ST seguramente no podrá comprender la chapa final. Así, también se juega una final.
Un Camp Nou expectante, pletórico por la ventaja conseguida tres minutos antes, y atento a lo que viene, hace un silencio sepulcral mientras el 10 acomoda el balón en una ceremonia que, mayormente, tiene un final feliz. Parece lejos.
Un pase en modo “enganche” de Jordi Alba y un desmarque magistral de Suárez marcaron la primer diferencia en el PT. El gol, lejos de modificar el trámite, ratificó las posturas y los momentos de ambos equipos, organizados y lanzados como si la semi se jugara a un partido solo. Barcelona, como se preveía, fue permanentemente superado en velocidad, intensidad y profundidad ofensiva por Liverpool, pero fue contundente, trabajador y no ofrecio fisuras defensivas ( Piqué y Lenglet jugaron de manera magistral). Pragmatismo puro, en clave Champions.
El segundo gol , de Messi, (sus últimos 20 minutos fueron de un tipo que juega a otro deporte) terminó de sentenciar el partido, aquietando la tempestad inglesa. Definitivamente, esta version de Barcelona cediendo terreno para liquidar de contra le sienta de maravillas, y lo pone de cara a un partido de vuelta que será otra velada para el infarto.
El remate de zurda de Messi sale como una daga y flota grácil hasta el ángulo superior derecho de Allison. Es gol. GOLAZO. El vuelo lila del arquero agranda la foto, enmarca la gesta y acompaña el camino de D10S al Balón de Oro. Es gol. Golazo. Un poema hecho ejecución, de un solista angelado. Ojala sea la llave a la final. A SU FINAL Y A SU OREJONA. Jugando así, Madrid está cada vez más cerca.
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