Fue una de las palizas que quedará para la posteridad. Alemania puso de rodillas al pentacampeón en su propia casa en una semifinal de Mundial. Los teutones no perdonaron a Brasil y le propinaron una goleada sin precedentes: 7-1 y afuera de la copa. Implacable jornada del equipo de Löw.
En aquel cotejo, Miroslav Klose logró el récord absoluto de goles en mundiales. Kroos por duplicado, Khedira, Müller también convirtieron tantos en el primer tiempo que terminó 5-0. En el complemento Schürrle se despachó con un doblete, mientras que Oscar metió el gol de la vergüenza para el Scratch.
Ya pasaron seis años y la humillación sigue latente. Ese Mundial parecía dado para que Brasil jugara la final y sume su sexta estrella. Pero la máquina alemana no se detuvo ni un segundo y lo cacheteó ante su público y, días más tarde, amargaría a Argentina en la final como lo hizo en 1990.
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