Es uno de los pocos futbolistas hoy en día que en toda su carrera privilegio su pasión por encima del dinero
En la actualidad y sobre todo en el fútbol argentino, hace rato que un jugador no se queda mucho tiempo en un mismo club, ya que ni bien les aparece una posibilidad de emigrar al exterior elijen irse. Si bien esta posición de muchos futbolistas es entendible, debido a que no todos nacen con las mismas posibilidades económicas y la carrera del futbolista es acotada, con lo cual buscan un buen contrato económico para salvarse de por vida.
Este no es el caso del futbolista Italiano y reciente incorporación Xeneize, Daniele De Rossi, quien en su vasta trayectoria, desde juveniles hasta la actualidad, siempre para el primo su pasión por el club de sus amores, la Roma, por encima del dinero. Tal es así que jugó casi 20 años en un mismo equipo, la Roma.
De Rossi nació un 24 de julio de 1983 en Ostia, un barrio marítimo de Roma, la capital Italiana. Es hijo de Alberto De Rossi, ex jugador de la Roma y actual entrenador del equipo Primavera de la misma “Scuadra”.
Su padre lo llevo a los 10 años, al club de su pueblo Ostia Mare, un pequeño club que la Roma financiaba en esa época en búsqueda de talento. Año más tarde fue tentado por la Roma para poder continuar en la cantera de la Roma, pero el mismo dijo que no porque quería quedarse a jugar con sus amigos.
En el año 2000, llegó al equipo de la Loba, luego de militar como delantero en el club de su pueblo ya mencionado. En la Roma lo fueron cambiando de posiciones hasta que encontraron su posición exacta como mediocampista central.
Su debut se produjo al año siguiente con tan solo 18 años, en un partido ante Anderletch en Champions League, pero recién al año siguiente Fabio Capello lo asentó en el plantel de la Serie A.
En la temporada 2004/05 hace su debut con la selección mayor italiana, en un partido contra Noruega. En su primer mundial en 2006 en Alemania, se consagró Campeón del Mundo de la mano de Marcelo Lippi.
El mediocampista continúo su carrera en la Roma, por amor a su club que lo vio nacer, hasta que este año, en común acuerdo tanto el jugador como los dirigentes, decidieron rescindir el contrato.
A partir de allí y luego de que el declarara meses atrás que le gustaría jugar en Boca por la pasión de sus hincha y porque siempre había visto a Boca por Maradona, más allá de las ofertas millonarias que recibió, Daniele privilegio una vez más cumplir su sueño de jugar en La Bombonera y dejar de lado los asuntos económicos.
Finalmente este jueves piso suelo argentino y se puso la azul y amarilla, y según dicen, se encuentra muy ansioso a la espera de debutar con la camiseta de Boca Juniors.
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