El español doblegó en la final al Peque Schwartzman y se alzó con su segunda corona en el Tour de la ATP.

El ATP 500 de Río tuvo varios matices para analizar. Muchas lluvias postergaron partidos hasta más no poder, las quejas de los jugadores fueron muchas, pero lo mejor de todo lo que se vivió fue la sensación de encontrarse con el futuro del tenis español. Es que Carlos Alcaraz jugó con una soltura increíble toda la semana y se quedó con el título en un certamen atípico.

El español, séptimo preclasificado de la competencia, tuvo un rendimiento supremo en las pistas brasileñas. Y jugó, de principio a fin, como un verdadero campeón, con proyección a ser uno de los animadores más grandes que tendrá el Tour prontamente.

Alcaraz venció en el total de la semana a jugadores tales como Jaume Munar, Federico Dlebonis, Matteo Berrettini y Digeo Schwartzman en la final, en un evento que marcará, sin dudas, un antes y un después en su carrera como profesional.

En la definición, ante el argentino, no mostró falencias y lo superó ampliamente por 6-4 y 6-2 para coronarse por segunda vez en el Tour, tras su título en Umag la pasada temporada. Con tan solo 18 años, Alcaraz es más una realidad que una promesa y el futuro del tenis español estará a resguardo con él. Como premio, además del título, desde el lunes es el nuevo número 20 del planeta.