El mallorquín conquistó su decimosegundo título en el Conde de Godó en un partido épico, tras más de tres horas y media de juego.

Extraordinario. Es la palabra perfecta para resumir lo que fue la victoria de Rafael Nadal en la definición del Conde de Godó, en Barcelona, ante el Rayo Stefanos Tsitsipas. El Matador de Manacor se impuso al griego por 6-4, 6-7 (6) y 7-5 y así pudo alzar su decimosegundo certamen en la ciudad, donde hacía tres años que no cantaba victoria.

El encuentro comenzó favorable para el ex número uno del mundo. Su buen andar lo depositó con el quiebre necesario en el final del parcial y le dio la ventaja de ese primer set por 6-4. En el segundo, Tsitsipas reaccionó rápido, quebró y estuvo con ese break hasta mediados del set, donde Nadal sacó su mejor juego y se recuperó, hasta quedar 5-4 arriba.

Allí, con el saque de Tsitsipas el match entró en un ida y vuelta increíble, con las mejores jugadas del partido. El griego levantó dos bolas de partido y forzó luego el tie-break. Nadal inició el desempate de manera favorable por 4-2, Tsitsipas se recuperó y dispuso de dos set points, que Rafa salvó, pero finalmente el griego lo selló con un 8-6 increíble y llevó el enfrentamiento a una tercera manga.

Nuevamente, el show prosperó y la batalla que armaron ambos jugadores fue digna de puros aplausos. Partidazo. Aquí fue el momento del griego, quien, en el décimo juego, con el saque de Rafa, dispuso de un match point. Pero el Matador sacó lo mejor de sí para salvarlo y seguir brindando un espectáculo épico.

El quiebre finalmente llegó en el undécimo juego. Tsitsipas no pudo mantener el servicio y Rafa se dispuso a sacar para campeonato. No obstante, el suspenso siguió y Nadal tuvo que batallar para quedarse con la corona. Tras un game que pareció eterno, la derecha de Tsitsipas voló lejos del court y el mallorquín se desplomó sobre el suelo, envuelto en una catarata de aplausos por el 7-5 del definitivo parcial.

Tras tres horas y treinta y ocho minutos, Nadal se coronó por duodécima vez en Barcelona. Además, cosechó su primer título en lo que va del 2021 y lo más importante, volvió a demostrar por qué es el rey del polvo de ladrillo. Habrá un gran Rafael Nadal para los torneos de arcilla que vendrán.