El francés no pudo en su reencuentro con la raqueta en Quimper y cayó en tres sets. El evento se quedó sin su máximo favorito.
Diez meses pasaron para que la vuelta del francés Lucas Pouille a una cancha de tenis sea un hecho. Y esta semana, en el Challenger de Quimper, en su país, esto se dio, aunque no de la mejor manera. El galo, primer favorito del evento se reencontró con la raqueta, pero la vuelta fue con derrota en tres sets, ante el eslovaco Filip Horansky.
Rankeado en los últimos puestos del Top 100, Pouille no competía de manera profesional desde Marzo del 2020. Su vuelta fue anunciada con bombos y platillos, pero Horansky le arruinó la fiesta, al vencerlo por 6-4, 5-7 y 6-4, tras una hora y cincuenta y cuatro minutos de juego.
De esta manera, Pouille quedó fuera del evento donde era el máximo favorito, aunque, sin dudas, la sonrisa por el retorno se le verá dibujada en el rostro. Por el lado de Horansky, lo interesante es que el eslovaco ahora se medirá ante el alemán Maximilian Mertener por un lugar en los cuartos de final.
Quimper sigue adelante con más actividad y Sebastian Korda es ahora quien se lleva todas las miradas. Segundo favorito del evento y reciente finalista de Delray Beach, el estadounidense ya dio su primer paso y va por más.
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