La vida de los tenistas a veces puede ser muy volátil de un año al otro, o tener unos altibajos increíbles en un par de temporadas, y algo similar a esto le está sucediendo desde el 2018 al croata Marin Cilic, quien pasó de ser el número tres del mundo a estar cerca de salir de los cincuenta mejores del escalafón en apenas un par de meses.
No obstante, parece que en París, en el Masters 1000 que cierra este 2020, recuperó parte de la memoria que lo llevó a ser uno de los tenistas más temidos del planeta. Comenzó su periplo con una contundente y clave victoria ante el canadiense Felix Auger-Aliassime, a quien doblegó en tres parciales, con un encuentro que finalizó por 6-0, 3-6 y 6-3 en su favor.
Y al parecer, también lo acompaña la fortuna, ya que debía jugar su duelo de segunda ronda ante el local Corentin Moutet, quien finalmente se bajó del torneo por lesión, hecho que le permitió al croata meterse en los octavos de final y ser uno de los mejores dieciséis del cuadro de individuales.
Ahora, por un lugar en los cuartos de final, Cilic se medirá ante una de las sensaciones del año, el también local Ugo Humbert, vencedor del segundo favorito Stefanos Tsitsipas, este martes, en tres cerrados parciales.
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