El duelo que quedó en manos del croata, sin dudas, marcó un hito y revolucionó a los fans del deporte blanco. Los seis match points desperdiciados por el griego y la remontada de Coric fueron lo mejor de la primera semana en Nueva York.

El viernes por la noche se vivió uno de los eventos más trascendentes del Abierto de los Estados Unidos en esta primera semana de competencia en el Grand Slam neoyorquino. En enfrentamiento entre Borna Coric y Stefanos Tsitsipas demostró que la emoción del tenis, más allá de que las gradas estén vacías, se vivió a través de la pantalla de una manera sobrenatural y el triunfo del croata en cinco sets fue de lo mejor desde el regreso a las actividades profesionales en el deporte blanco.

El encuentro pasó por todos lados. Primero fue muy parejo, un set por lado marcaba esa paridad. No obstante, desde el tercer parcial, Tsitsipas se adelantó y le sacó ventaja a su rival, a quien dominó hasta el cuarto set, cuando lo tuvo 5-1 y contra las cuerdas.

Allí, Coric sacó a relucir su mejor tenis y se recuperó como pocas veces, levantó seis match points en los games nueve y diez de ese cuarto parcial, hilvanó seis juegos seguidos y forzó un quinto set, que finalmente se lo adjudicó en el tie-break para sellar la victoria y el pase a la cuarta ronda.

El duelo que lo vio ganador al croata, sin dudas, fue el atractivo más grande de la primera semana en Flushing Meadows, sobre todo porque los favoritos se adueñaron de sus partidos sin mayores inconvenientes y éste fue el plato fuerte de un cabeza de serie como Tsitsipas sucumbiendo con un partido completamente ganado ante un jugador que estaba casi perdido en el court como Coric y que finalmente a base de un gran trabajo de concentración y de una gran mentalidad se quedó con el choque.