El Peque jamás se sintió cómodo ante el estadounidense, quien no le dio ritmo y abusó de su buen servicio para hacer del encuentro un partido poco atractivo y mañoso, y que le permitió el acceso a octavos de Cincy.

Diego Schwartzman había comenzado con el pie derecho su participación en el Masters 1000 de Cincinnati, en la burbuja de Nueva York, ante el noruego Casper Ruud. La victoria en sets corridos lo hacía perfilarse bien de cara a lo que seguía en el evento norteamericano, sin embargo, este lunes se topó con una pared de 2,17 metros, que a base de saques y buenas voleas lo inhabilitó hasta hacerlo entrar en yerros que lo llevaron a caer en dos parciales y despedirse de la competencia.

Reilly Opelka fue puro saque, volea y algunos flashes de lucidez con golpes certeros de fondo. Con un quiebre justo en el octavo juego del primer set, solo le bastó mantener su saque un game más para así hacerse del parcial por 6-3. En el segundo, la historia pareció similar, de hecho, Schwartzman estuvo 3-4, con el saque de su contrincante. Pero allí surgió el Peque guerrero y que parecía estar a la altura de dar vuelta el asunto, ya que quebró y estuvo a nada de llevar el asunto a un tercer set.

Opelka no se rindió y a base de sablazos desde el servicio, se adueñó de las acciones nuevamente, llevó el asunto al tie-break, y ahí finalmente cerró el asunto por 6-3 y 7-6 para acceder a octavos de final y dejar afuera al noveno cabeza de serie, el argentino, quien se despidió entre fastidio y frustración por mo haber podido aprovechar su chance en la segunda manga.

Ahora Opelka se medirá ante el italiano Matteo Berrettini, sexto cabeza de serie de la competencia, por un lugar entre los ocho mejores del evento de Cincy.