Partidos Épicos: el baile de Sydney

Partidos Épicos: el baile de Sydney

En la Davis del 2005, Argentina visitó a Australia por los cuartos de final. La figura de Hewitt envalentonaba al conjunto local, pero Nalbandian jugó una serie perfecta y cerró el pase a semis con un tremendo triunfo ante el ex número uno del mundo.

La historia copera argentina en el tenis viene de hace rato y el hecho de haber conseguido el título en el 2016 es un gran logro de varias facetas atravesadas con anterioridad, como es el ejemplo de partido épico que vamos a comentar hoy en Más Tenis, en el que recordaremos el baile que le dio David Nalbandian a Lleyton Hewitt en julio del 2005 en los cuartos de final del Grupo Mundial, en Sydney.

Argentina poseía, en ese momento, a cinco argentinos entre los mejores doce tenistas del mundo. Si bien es cierto que nunca superó el hecho de tener más de tres Top10 al mismo momento, el ranking de la fecha de esa serie marcaba un sinfín de nombres en la danza de los mejores puestos, donde el once y el doce, también eran argentinos. Además, el boom de la Legión Argentina, instalando jugadores en cada fin de semana de circuito, sea cual fuese la superficie en la que se jugaba, daba cuenta de que lo que pasaba en el país más austral del mundo era una realidad que había llegado para imponerse.

Tras el triunfo en marzo del 2005 en el Buenos Aires Lawn Tennis por 5-0 ante República Checa, Argentina viajó a visitar a Australia, quien había sido visitante en el 2002 y se había vuelto a su país con un contundente 0-5. La sed de revancha era esperada por los australianos, quien en esta ocasión, a diferencia de aquella serie de febrero de tres años atrás en tierras porteñas, contaba entre sus filas con Lleyton Hewitt, ex numero uno del mundo, finalista de Australia en esa temporada y campeón de dos títulos de Grand Slam en el pasado.

Argentina se daba el lujo de en esa serie no contar con la presencia de Gastón Gaudio, uno de los Top 10 de su país, y llegaba a Australia con un equipo plagado de nombres propios de trascendencia y de los que quizás hayan sido varios de los mejores jugadores de la historia del deporte blanco en el país albiceleste. Guillermo Coria, nalbandian y Mariano Puerta eran las piezas claves en los singles, mientras que Gastón Etlis y Martín Rodríguez eran quienes estaban destinados al dobles, en una jugada más que arriesgada y acertada a fin de cuentas por el capitán argentino, Alberto Luli Mancini.

Tras una previa más que caliente, en la que nada quedaba definido hasta últimas instancias, Argentina y Australia salieron al campo de juego para disputar el pase a semifinales. Un picante cruce entre Hewitt y Coria en el primer turno, con victoria para el ex número uno del mundo, y una correcta actuación de Nalbandian ante Wayne Arthurs en el viernes, daban el 1-1 lógico en los papeles.

No obbstante, y acá es donde el capitán bajo el as de la manga guardó un secreto increíble, Mancini decidió poner a Puerta junto con Nalbandian en el dobles del sábado. Lo propuesto por los cordobeses esa tarde en Sydney descolocó a Hewitt y Arthurs, quienes desbordados por el andar argentino, cayeron sin atenuantes en un duelo que vaticinó el final.

Con el marcador 2-1 en favor de Argentina, Nalbandian y Hewiit salieron a dar yodo en el cuarto punto de la serie. El de Unquillo le dio una lección de cómo jugar al tenis y se movió en el césped como un pez en el agua. Hewitt, atónito por el andar del rubio argentino, intentó, sin efectos, dar vuelta una historia que se resolvió ya casi desde la salida de los vestuarios.

Resulta increíble rememorar esos golpes de Nalbandian y no sentir que sencillamente le pintó la cara a un tenista que había sido campeón de Wimbledon hacía un par de años, doblegando justamente al cordobés en la definición, y que había sabido mirar a todo el resto de tenistas desde el escalón más alto del ranking. Simplemente, ese encuentro parecía el de un profesional contra un amateur, tanto es así que hasta por momentos parecía que Nalbandian jugaba a media máquina y todas le salían.

Sencillamente, aquel domingo de Sydney de julio del 2005 fue un baile perfecto danzado sobre el césped del estadio olímpico y Argentina marcaba así una de las tantas epopeyas que logró en la Davis, además de demostrar que, con condiciones completamente adversas, como la localía y la superficie, le pelearía y hasta le ganaría a cualquier potencia mundial, algo que terminó coronando recién en el 2016, pero que incluyó otro tramo de tres finales más previamente y una cantidad inigualable de encuentros épicos por parte de Nalbandian, que desde ese día inició un affaire con final inconcluso con la Ensaladera de Plata.

El video del resumen del baile del cordobés al australiano se encuentra a continuación:


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