En un mano a mano con Olé hace algunos días, el tenista cordobés reconoció que más allá de que la actualidad del tenis argentino no sea mala, igualar lo producido por ellos hace más de una década será difícil de lograr.

David Nalbandian fue uno de los referentes máximos del tenis argentino en la década pasada. Campeón del torneo de Maestros, finalista en Wimbledon, semifinalista en los restantes Grand Slams y un emblema más que particular de la Copa Davis, el cordobés supo ganarse el cariño y el respeto del público argentino y de sus pares en el Tour y hoy ser una de las palabras autorizadas dentro del deporte blanco a nivel nacional e internacional.

Y hace algunos días, en un mano a mano con el diario deportivo Olé, el tenista surgido en Unquillo reconoció que lo que lograron él y sus compatriotas a nivel mundial en aquellos años dorados del tenis argentino va a ser muy difícil de igualar.

En palabras exactas, el Rey David declaró lo siguiente: “Será muy difícil repetir lo de la época de la Legión. Éramos muchísimos dentro del top 100 y casi cinco en el top 10”. Luego, prosiguió: “No está mal la actualidad. Ojalá pueda haber más o mejores jugadores que en aquella época, aunque será una tarea difícil”.

Por otra parte, el cordobés se refierió a su actualidad alejado de la pelotita amarilla y las raquetas y resumió: “Prácticamente no extraño nada del tenis, por las lesiones que tuve, de cadera, aductores, el hombro que fue la última que me impidió seguir jugando. Como sé que no lo puedo jugar seguido, no lo extraño”.

Único en su especie, tenistas como Nalbandian son difíciles de encontrar en el mundo. La facilidad con la que jugaba y hacía las cosas dentro de la cancha son complicadas de imitar hasta por los mejores.

Hoy la vida lo halla jugando al padel de vez en cuando y hasta con un equipo de rally a nivel argentino, algo en donde encuentra su forma de conexión con el deporte, lejos de los viajes, el calendario ATP y una rutina ultra exigente a la que se somete cualquier tenista. Se reinventó y allá va el rubio cordobés, dueño de un revés exquisito, algo que, los fanáticos del tenis, jamás olvidaremos.