Diego Schwartzman tuvo un viernes increíble en el Argentina Open, con su gran triunfo sobre Pablo Cuevas, pero cuando estaba finalizando el duelo entre ambos, las alarmas se encendieron, a punto de entender que los dolores con los que se retiró el Peque del estadio podrían adelantar un escenario bastante malo para el y para el torneo.
Y así fue, como el sábado antes de su duelo en semifinales ante el portugués Pedro Sousa, el argentino se bajó del evento por un desgarro en el aductor izquierdo, hecho que fue corroborado por los estudios que se le realizaron en la zona al Peque una vez que finalizó la gran batalla del viernes por la noche.
De esta manera, y muy a pesar del jugador, quien esperó hasta último momento para comunicar que no se presentaría a jugar su duelo en las semifinales, el público local vio quizás una de las mejores versiones del mismo jugando en casa, pero también fue participe de uno de los momentos más duros en el camino profesional del argentino, quien por primera vez en su carrera no se presentó a un encuentro para disputarlo debido a una lesión.
Una vez confirmada su baja, su rival Sousa, quien había entrado al cuadro principal como Lucky Loser, automáticamente accedió a la final y jugará su primera definición en el Tour a los treinta y un años de edad, algo que, seguramente, en la previa, era impensado tanto por él como por su equipo de trabajo.
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