El austriaco y el argentino jugaron un partidazo en la final del ATP 500 de Viena y la balanza se inclinó por el lado del europeo en tres sets y así se adueñó del título en casa. Fue el quinto certamen para Thiem en la temporada.

La final del ATP 500 de Viena fue una verdadera batalla de grandes estilos de tenis y de grandes amigos y el encuentro terminó en manos del local Dominic Thiem, quien remontó un gran match ante el argentino Diego Schwartzman y lo venció por 3-6, 6-4 y 6-3, en más de dos horas de juego, para así alzarse con el quinto título de la temporada y el segundo en su propio país, luego del conquistado en el ATP 250 de Kitzbühel.

El partido comenzó favorable para el argentino, quien con un gran primer parcial, se adueñó del mismo por 6-3 jugando un nivel altísimo de tenis y, de a ratos, con la calidad de un Top 5 mundial, dejando a Thiem lejos del favoritismo que parecía ostentar en la previa. El match siguió con esa lógica hasta merodear el segundo parcial, cuando el austriaco consiguió el break necesario para irse arriba en el marcador y así igualar las acciones en un set por lado.

Ya en el tercero, con la ventaja lógica de quien viene envalentonado por una conquista, Thiem se adelantó con doble quiebre por 3-0 y a partir de allí, más allá de algún intento de recuperación por parte del Peque, dominó el parcial a su merced y se quedó con el match tras un 6-3 definitivo sobre el final, que lo habilitó definitivamente al título.

Con la conquista alcanzada, el austriaco llegó a su segundo título en lo que va de la temporada en su propio país, y el quinto en la totalidad del calendario. Fue el tercer ATP 500 para Thiem en el 2019, luego de las conquistas de Barcelona y de Beijing y así encarará la última parte del año como gran candidato a hacerse con el Masters que reúne a los mejores ocho en Londres.