Tras algunos torneos de Masters 1000 donde se lo vio desconectado y lejos de su mejor imagen, Djokovic se reivindicó en Madrid e Italia, donde conquistó el título y alcanzó la final, respectivamente. Será un serio candidato a alzar la Copa de Roland Garros en un par de semanas más.

Novak Djokovic es por lejos el número uno indiscutido del circuito ATP desde hace varios meses. Sin embargo, sus producciones en el 2019, exceptuando al Abierto de Australia en enero, venían siendo bastante flojas para un jugador del calibre del serbio en el mundo tenístico y esas dudas por su andar en la temporada, claramente, se disiparon en estas últimas dos semanas de competencia, donde Nole conquistó Madrid y alcanzó la final en Roma, dos de los torneos más trascendentes en el mundo del polvo de ladrillo y que, gracias a esas performances, se perfilará como uno de los serios candidatos a hacerse con el Grand Slam de París.

Djokovic tuvo un 2019 irregular para un tenista del calibre que él posee. El Abierto de Australia en Melbourne parecía poco logro en lo que iba del año y sus participaciones posteriores, en los diferentes Masters 1000 de la gira Norteamericana, hacían prever que el año de Nole no iba a ser para nada fácil, sonbre todo por el nivel en el que se había expresado el serbio en esos certámenes.

No obstante, al igual que el año pasado, el reencuentro con su tenis se dio en el polvo de ladrillo, superficie en la que, luego de la trunca presencia en Montecarlo, donde cayó en cuartos de final y donde había jugado dos muy pobre partidos en las primeras dos rondas, logró alcanzar el título de Madrid y la final de Roma, con actuaciones épicas y muy buenos triunfos a tenistas de la talla de Dominic Thiem y Stefanos Tsitsipas en las respectivas semifinal y final del evento madrileño y como Juan Martín del Potro y Diego Schwartzman en los cuartos y las semis de Roma.

Esta primavera tenística en la vida del serbio lo hacen llegar a Roland Garros con una realidad muy distinta a la que estaba viviendo en la previa de su conquista en la capital española y, sin dudas, uno de los claros candidatos a dar el golpe en París, certamen donde ya conquistó l título en el 2016. Será cuestión de que culmine esta semana y comenzar a observarlo en las canchas del Bois de Boulogne para ver hasta qué punto está capacitado el número uno del mundo para volver a poner a todos, una vez más, a sus pies.