En cuartos de Barcelona, el austriaco se impuso en sets corridos jugando un nivel colosal de tenis, digno de un maestro de la superficie y de un Top 10 mundial. Para el argentino, queda la gratificación de haber rendido a la altura y sumar victorias en un torneo de la trascendencia del Conde de Godó.

Dominic Thiem y Guido Pella protagonizaron, en el Real Club de Tenis de Barcelona el mejor de los duelos de cuartos de final que se dieron en la jornada del viernes. El austriaco jugó en un nivel superlativo, muy por encima de su media general, y sacó del camino al argentino por 7-5 y 6-2 en poco más de una hora y media de juego, para meterse en las semifinales del torneo y mañana disputarse un lugar en la definición del domingo cuando se mida ante Rafael Nadal.

Thiem, quien venía de caer en la tercera rueda del Masters 1000 de Montecarlo, no tuvo piedad de un Pella que jugó en un buen nivel durante los dos sets que duró el match entre ambos. El 7-5 y 6-2 parece un resultado mentiroso de acuerdo a lo exhibido en la cancha por parte de ambos jugadores, pero lo de Thiem hoy en la pista Rafa Nadal fue colosal, fuera de los límites aceptados por los racionales.

El austriaco disputó un encuentro increíble ante el argentino, quien por más que luchara y corriera todas las bolas como si fuesen las últimas del partido, poco pudo hacer ante la supremacía demostrada por el número cinco del planeta. De hecho, lo demostrado hoy por Thiem asegura que, en lo que resta de la temporada europea sobre canchas lentas, de seguir en este nivel, dará que hablar durante todas las semanas, incluido Roland Garros, donde defiende la final alcanzada la pasada temporada.

Mañana, por las semifinales del Conde de Godó, el austriaco se medirá ante un clásico rival de los últimos años sobre polvo de ladrillo, el español y múltiple campeón del torneo, Rafael Nadal, con quien posee un récord negativo de 3-8 en duelos personales, teniendo como último antecedente la batalla épica que el español le dio vuelta en los cuartos de final del último Abierto de los Estados Unidos, cuando lo venció en cinco apretadísimos parciales.